martes, noviembre 23, 2010

Mono viejo no aprende maroma nueva



Estoy de nuevo en Veracruz. Equivocando el camino, como de costumbre. Sucede que siempre supe cómo son las reglas del camino. El Camino. Pero de a ratos se me olvida, o yo no sé qué pienso. Que la inmensidad cósmica va a hacer una excepción conmigo. Que, por ser yo, será distinto. Pues no. No es distinto, es como ya se sabe que es: no es posible regresar a ningún lugar. No señor, no se puede. El lugar y todo lo que contenga seguirá portando su nombre, pero nunca será el mismo. La gente que lo habita no es la gente que lo habitaba. Las calles cambiaron, los autos, el café sabe distinto.
No se puede regresar, no hay posibilidades de hacerlo.
Armaré nuevamente mis maletas.